Prevención, detección, tratamiento y rehabilitación del maltrato hacia las personas mayores. Prácticas innovadoras para Chile

PrensaPrevención, detección, tratamiento y rehabilitación del maltrato hacia las personas mayores. Prácticas innovadoras para Chile

Prevención, detección, tratamiento y rehabilitación del maltrato hacia las personas mayores. Prácticas innovadoras para Chile

Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez

José Luis Balmaceda, Muriel Abad, María José Gálvez

Fundación Sinergia Humanitaria

El buen trato forma parte de la esencia de la vida en sociedad, especialmente cuando nos referimos a las personas mayores, cuyo anhelo es tener una existencia donde prime el respeto a sus derechos a la dignidad y a su integridad.

El 15 de Junio[1] Se conmemora el día del buen trato a las personas mayores, lo cual es un avance y pone en la palestra el tema. No obstante, desde Fundación Sinergia Humanitaria quisimos ir un paso más adelante y realizar una propuesta que va desde la prevención hasta la postvención. Basado en buenas prácticas y experiencias internacionales.

Al definir maltrato, acorde a la Evaluación Funcional del Adulto Mayor, Ministerio de Salud de Chile[2], se habla de: cualquier acción, serie de acciones, o la falta de acción apropiada, que produce daño físico o psicológico y que ocurre dentro de una relación de confianza. El abuso a las personas adultas mayores puede ser parte del ciclo de violencia familiar; puede venir de cuidadores domiciliarios o puede ser el resultado de la falta de preparación de los sistemas de prestaciones sociales sanitarias para atender sus necesidades.

Si bien estimamos que la cifra continúa siendo infravalorada, investigaciones efectuadas en 28 países de diversas regiones señalan que una de cada seis personas de 60+ (15,7% de este grupo) sufrió alguna forma de maltrato y, en el 90% de los casos, proviene de un familiar. Las estimaciones en instituciones como residencias de larga estadía y establecimientos de cuidados a largo plazo indican que dos de cada tres empleados reconocen haber proporcionado maltrato en el último año (64,2%).  Solo el 4% se denuncia.[3]

Los estudios a nivel nacional hablan de una prevalencia de maltrato entre el 20-30%, similares a los de Latinoamérica, superando a la mayoría de los países a nivel mundial. [4] Y esto aumenta independiente del país de origen, en la medida que la persona mayor requiere de cuidados y/o ha sido diagnosticada con alguna enfermedad de la esfera de salud mental o neurológica[5].

Se han reconocido 7 distintos tipos de maltrato[6],

Maltrato físico: uso de fuerza física que puede resultar en daño corporal o deterioro físico (golpes, quemaduras, correazos, ataduras, uso exagerado de fármacos, ingesta forzada, entre otros); Negligencia: comportamiento nocivo por parte de la persona encargada de cuidar al mayor.  Maltrato psicológico: comprende actos verbales o no verbales que generan   angustia, desvalorización o sufrimiento emocional en la persona mayor; Abuso sexual: implica cualquier actividad sexual no consentida dirigida hacia una persona mayor; Maltrato financiero: uso inadecuado de los recursos de la persona mayor. Maltrato patrimonial: cuando la persona mayor siendo dueña de su propia casa es dejada en habitaciones más pequeñas, lejos de baños, con poca luz o en condiciones de mala higiene. Y el resto de su familia disfruta del inmueble “apropiándose”. Y el maltrato estructural, en el cual se niegan posibilidades a una persona mayor solamente por el criterio de edad. O se le excluye socialmente.

 

¿Qué proponemos para abordar el maltrato en las personas mayores?

El año 2021 se lanzó la Década para el Envejecimiento Saludable de las Naciones Unidas, donde se invita a cambiar la forma de pensar, sentir y actuar respecto a las personas mayores. Es por eso que una de las primeras estrategias para abordar el maltrato en las personas mayores es hacerse conscientes que el “edadismo”[7], es decir la discriminación por edad, tiene consecuencias negativas para los países en términos financieros, para la salud física y mental de las personas mayores; y en la imagen que se proyecta respecto al proceso de envejecer a las nuevas generaciones.

Tanto es así que la Estrategia Europea [8] para las personas mayores incluso habla de discriminación en la toma de datos, incentivando a los gobiernos a incluir al tramo etáreo de personas mayores en encuestas y a descomponer la edad en estrategias poblacionales como el CENSO. Es decir, no solamente decir 60 años y más, sino que descomponerlo como se hace en el resto de los tramos etáreos. Asimismo, es importante revisar los topes de edad en la oferta pública, que limita el acceso a las personas por su edad cronológica, en actuales y necesarias áreas de interés. Un ejemplo en el ámbito laboral, fue impulsado por el Servicio Nacional de Capacitacitación y Empleo, que propuso eliminar la edad para acceder a instancias de capacitación laboral (2019).

En esta línea, ponemos a disposición una serie de medidas y/o estrategias para abordar el maltrato, abuso y violencia en la vejez, con el aporte de buenas prácticas identificadas en la experiencia internacional:

 

Sugerimos impulsar la participación social: amén de reforzar los vínculos y reducir el peligro de aislamiento, ayudará a otorgar posibilidades para una participación en la comunidad: considerando que las personas son valiosas independientemente de su edad y estado, es fundamental crear conciencia sobre la experiencia y sabiduría que aportan las personas mayores; Promover Programas intergeneracionales basados en las escuelas; Eliminar el lenguaje estigmatizante: se debe impedir el uso de palabras o expresiones que rebajen a las personas mayores.

 

 

Avanzar con legislación, Chile ha ratificado la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, y gracias a ella han emanado leyes, planes, políticas y programas atingentes al grupo etáreo. Pero aún hay temáticas que aparecen en la práctica sociosanitaria donde existen vacíos legales. Países como Australia han avanzado en estructurar la toma de decisiones y la llamada capacidad jurídica (respecto a testamentos, dudas en la capacidad cognitiva y decisiones de salud).[9]

Una segunda estrategia radica en la necesidad de ser más específicos en las campañas comunicacionales orientadas a la violencia hacia las personas mayores, con especial énfasis en las mujeres mayores. Esto porque los tipos de maltrato en las personas mayores son distintos, y en el caso de las mujeres particularmente hay un incremento posterior a la Pandemia. Como la violencia asociada a este grupo etáreo está ligada a patrones culturales que se repiten generacionalmente, por eso en este punto será fundamental la intergeneracionalidad. Es prioritario sensibilizar a quienes vienen detrás.

Países como Estados Unidos han sido explícitos en enseñar a la población los lugares donde ocurre el maltrato a las personas mayores, fomentando que no se normalice una visión edadista del tramo etáreo. [10]

Estas campañas deberían repensar la forma de llegar a quienes cuiden. Para que estos puedan ser capaces de identificar signos de maltrato (voluntario o involuntario) hacia sus cuidados, no desde el punto de vista de cuestionar su quehacer, sino más bien de ofrecerles ayuda en salud mental y/o abordar otras preocupaciones legítimas que puedan estar afectando a quien tiene la importante responsabilidad del cuidado.

En tercer lugar, planteamos el uso de distintos recursos para la identificación de maltrato, se ha visto que la Inteligencia Artificial puede ser útil para un autochequeo de situaciones habitualmente normalizadas, pero que hoy en día se sabe son causales de maltrato. Tal es el caso de un proyecto chatbot de las Naciones Unidas, con su monitor “Sara”,[11] la cual se comunica con centrales de denuncia de maltrato en Centroamérica.

También se ha observado que el uso de agentes comunitarios, personas mayores, funcionarios de servicios público-privados[12] y vecinos de distintas edades, han sido tremendamente eficientes en identificar el maltrato en grupos de pares.

En cuarto lugar, una vez detectado el maltrato, poder resguardar a quien denuncia y tener maneras efectivas de denuncia. Con teléfonos para aquello, y personas capacitadas para recibir adecuadamente dichas denuncias. Estudios muestran cómo el personal sociosanitario muchas veces no denuncia, producto de la burocracia que significa hacerlo.

Países como España, con su reciente lanzamiento de la Estrategia Nacional de Cuidados[13], han notado la necesidad de fortalecer las condiciones laborales de los cuidadores remunerados en domicilio, para disminuir la incidencia de malos tratos y fomentar envejecer en el territorio.

Acorde a estudios de la Organización Mundial de la Salud, un 80% de los casos identificados no se reportan. [14] En Suecia se identificó que el personal sanitario entrenado y sensibilizado en la detección de maltrato, fue más certero en la identificación y tratamiento. Así como también aquellos lugares que organizacionalmente estaban comprometidos con la causa.

En Canadá se han generado prácticas clínicas para disminuir la incidencia de maltrato y denunciarlo en Establecimientos de Larga Estadía, estas se han basado en: 1. Desarrollar equipos para la dirección, 2. mejorar las condiciones laborales de equipos sociosanitarios 3. Apoyar la supervisión y seguimiento de casos detectados de maltrato 4. Financiar tratamientos de salud mental de las víctimas 5. Desarrollar programas de prevención protocolizados 6. Gestionar apoyo para los profesionales que denuncian.[15]

Canadá también ha generando estrategias nacionales que comprenden líneas de ayuda y recursos para las víctimas; programas de formación para profesionales de la salud y cuidadores en el nivel comunitario.

 

En quinto lugar, una vez realizada la denuncia de maltrato, será fundamental proteger a las víctimas. Pues es conocido que  la violencia se da en círculos de confianza  que la persona victimaria tiende a repetir la conducta. Es así como en Japón también se han establecido estrategias municipales para dicha ayuda.

En España existen los Centros Estatales CEAM, donde se protegen los derechos y se asesora a las personas mayores en situaciones de vulnerabilidad social.[16]

En sexto lugar, una vez detectado y denunciado el evento, será necesario un tratamiento psicosocial a la persona afectada, fomentando sus propios factores de resiliencia y previniendo la ocurrencia de Trastorno por Estrés Postraumático y otras consecuencias psicológicas descritas en personas agredidas, como el abuso de alcohol y sustancias, trastornos del sueño, depresión y ansiedad entre otros. Para esto los centros de psicoterapia especializados, y la capacitación a profesionales sociosanitarios será fundamental, junto al seguimiento social de casos, gestionando la tramitación judicial. El apoyo psicosocial hasta ahora, sigue siendo una deuda para las personas mayores, más aún  aquellas que han sido víctimas de maltrato, por tanto, y dado que el acceso a la salud física y mental está consignada en los principales instrumentos normativos internacionales, es urgente garantizar estos derechos para todas las edades y condiciones.   En séptimo lugar, una vez estabilizados los síntomas de salud mental, y aludiendo a los factores de resiliencia de las víctimas. Estas pueden ser eficientes monitoras y factores de protección para otras personas que se encuentran en círculos de violencia. De esa manera su experiencia permite mostrar alternativas de afrontamiento que permitan ayudar a otras personas a salir. Asimismo, esta experiencia de vida de las personas puede contribuir al desarrollo de estrategias de prevención y sensibilización en la comunidad..

Para finalizar, como Fundación Sinergia Humanitaria, hacemos un llamado a usar la innovación y las buenas prácticas internacionales para velar por el derecho a una buena vida en la vejez y a todas las edades, siempre promoviendo paralelamente los recursos y potencialidades de la comunidad, para lograr un entramado social que cuide y respete a sus mayores. Tanto por las personas mayores de ahora, así como también por las personas mayores del futuro.

 

[1] https://www.desarrollosocialyfamilia.gob.cl/buentrato/inicio#:~:text=El%2015%20de%20junio%20se,trato%20a%20las%20personas%20mayores.

[2] https://www.minsal.cl/portal/url/item/ab1f81f43ef0c2a6e04001011e011907.pdf

[3] https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/abuse-of-older-people

[4] https://www.gerontologia.org/portal/information/showInformation.php?idinfo=1402

[5] https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC9765555/

[6]https://www.seremidesaludnuble.cl/wp-content/uploads/2021/10/2019.08.13_MANUAL-DE-GERIATRIA-PARA-MEDICOS.pdf

[7] https://opcionmayor.com/que-es-el-edadismo-y-por-que-mata/

[8] https://imserso.es/el-imserso/relaciones-internacionales/union-europea/estrategia-europea-para-las-personas-mayores

[9] https://lawcouncil.au/resources/policies-and-guidelines/best-practice-guides-for-legal-practitioners-in-relation-to-elder-financial-abuse-and-assessing-mental-capacity

[10] https://pfs2.acl.gov/strapib/assets/Tsumba_White_Paper_7617867d8e.pdf

[11] https://infosegura.org/blogs/inteligencia-artificial-un-nuevo-horizonte-la-lucha-contra-la-violencia-de-genero

[12] https://www.researchgate.net/publication/13961848_A_model_gatekeeper_program_to_find_the_at-risk_elderly

[13] https://balancesociosanitario.com/actualidad/el-gobierno-aprueba-la-estrategia-estatal-hacia-un-nuevo-modelo-de-cuidados-en-la-comunidad-un-proceso-de-desinstitucionalizacion/

[14] https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/08946566.2021.2014378

[15] https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC9762662/

[16] https://www.servicioseam.es/

Fuente: Imágenes de Freepik

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